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El periodo misional produjo tal impacto sobre las poblaciones cochimí, que redujo enormemente sus posibilidades de sobrevivir, y con ello, de ver llegar los otros ciclos de contacto y colonización. Por una parte, los trabajos forzosos, el cambio de dieta y la imposición de una vida sedentaria y cautiva, mermaron la resistencia de este grupo. Así también, las epidemias desatadas por el colonizador hicieron desaparecer a la mayoría de la población nativa. Estas enfermedades fueron la tuberculosis, el tifo, el sarampión, la viruela y la sífilis, las cuales empezaron a presentarse entre los indígenas desde los primeros contactos con los españoles. La agresividad de estas enfermedades fue tal, que en los primeros veinte años de evangelización jesuita desaparecieron tres cuartas partes de la población indígena del sur y centro de Baja California.Luego llegaron los dominicanos quienes fundaron la misión en El Rosario en 1774. La actividad evangelizadora finalmente exterminó casi en su totalidad a los cochimí, de tal forma que cuando los misioneros dominicos arribaron a Baja California, los antiguos habitantes del Desierto Central estaban prácticamente extintos.
En la actualidad no existe un solo hablante de la lengua cochimí. No obstante, como se menciona anteriormente, a los habitantes tipai de la Huerta y San Antonio Nécua se les identifica –y ellos mismos se identifican– como indígenas pertenecientes a este grupo. A principios de la década de los noventa del siglo pasado, mucho tiempo después de que los misioneros y los científicos comprobaran la inexistencia técnica de los cochimí, un grupo de habitantes de la ex misión de Santa Gertrudis se presentó ante la oficina del antiguo Instituto Nacional Indigenista en Ensenada, para solicitar que se llevaran a cabo los trámites correspondientes para ser reconocidos como indígenas pertenecientes a este grupo. No obstante, ninguno de estos habitantes conocía el idioma nativo, pero se reconocía a sí mismos como cochimíes.
Este grupo étnico practica como forma de gobierno el matriarcado. La última jefa del grupo fue Teodora Cuero Robles, que ostentaba el título de general, ella murió en agosto del año 2014 a los 94 años.]]>21121
50hombre cazador, gente como nosotros y los que se van. Su lengua pertenece a la familia yumana, tronco hokano.
Antiguamente eran nómadas y estaban organizados en pequeñas bandas familiares que viajaban en ciclos estacionales, viviendo de la recolección, la caza y la pesca, aprovechando diversos ecosistemas en territorios específicos que compartían con otras bandas del mismo clan. Este modelo de subsistencia y organización social fue modificado en la medida en que los colonizadores, con la formación de misiones, pueblos y zonas agrícolas, se fueron apropiando de la mayor parte de su territorio, dejándoles sólo pequeñas áreas.
Históricamente el territorio ocupado por los kiliwas abarcaba la región costera que va desde la Bahía de San Felipe hasta un punto al sur de la Bahía de Ometepec, fracciones de las sierras Las Pintas, Juárez, San Miguel, Salvatierra y San Pedro Mártir, y los actuales valles de San Felipe y San Matías y parte del Valle de la Trinidad.
Fueron los únicos pobladores originarios de Baja California que nunca aceptaron someterse a las actividades de los misioneros. De tal forma que, ante las presiones de establecerlos en las diferentes misiones en sitios como San Pedro Mártir, Santa Catarina, y el Valle de Guadalupe, los indígenas kiliwa, pa ipai, kumiai y cucapá llevaron a cabo varios levantamientos de inconformidad. Estos problemas entre los misioneros y los naturales, continuaron hasta 1840, cuando un número considerable de indígenas, se unieron para destruir la estratégica Misión de Santa Catarina. Terminando así terminó una etapa conflictiva que duró 50 años.
En ese periodo, debido a problemas agrarios, migraron masivamente de Arroyo Grande a Arroyo de León ocasionando trastornos internos que propiciaron la dispersión de algunos de los integrantes del linaje Ochurte, por lo que algunos se integraron con los pa ipai de Santa Catarina y de la Sierra de San Miguel. No obstante, Arroyo de León se convirtió en el principal núcleo de población kiliwa.
Después de varios años de lucha, el último capitán kiliwa, Cruz Ochurte Espinoza logra la dotación ejidal en 1970, pero el problema no terminó ahí debido a que los terrenos cedidos son muy irregulares con lomeríos rocosos y agostadero de mala calidad, además de que, en la actualidad, hay un proceso de pérdida paulatina de sus tierras debido a que la mayoría de los kiliwa han cedido sus derechos agrarios a personas no indígenas, poniendo en riesgo sus tradiciones culturales ligadas a su comunidad.
La supervivencia de los kiliwa es un tema serio para la biodiversidad de la región, puesto que su población y su conocimiento tradicional en el uso de los abundantes recursos naturales son el resultado de miles de años de adaptación a los ambientes locales. La desintegración del grupo como resultado de la falta de oportunidades económicas dentro de la comunidad vuelve todavía más urgente las alternativas para su desarrollo económico sostenible.]]>211145
51el que viene, el que llega; viven en las localidades Cucapá Mestizo, Colonia La Puerta, Colonia Rentería, Campo Flores, Cucapá El Mayor, Campo del Prado, Rancho San Pedro y Campo Camerina, del municipio de Mexicali; en La Alberca, de Ensenada, Baja California, y en Pozas de Arvizu, de San Luis Río Colorado, Sonora; mientras que sus parientes cocopah viven sobre todo en Somerton, Arizona.
Durante siglos el Pueblo cucapá estuvo dedicado a la caza, la recolección, la agricultura y la pesca ribereña. El primer contacto que tuvieron con los europeos se dio en 1541 cuando el capitán español Hernando de Alarcón navegó por la desembocadura del río Colorado y observó a varias tribus, entre las que estaban los cucapás. En 1605 Francisco de Escobar y Juan de Oñate visitan algunas rancherías de este mismo Pueblo. En el siglo XVIII se intentó, sin éxito, su evangelización.
A partir del siglo XIX, varios acontecimientos influirán en su forma de vida, debido al establecimiento de los límites fronterizos entre México y Estados Unidos. A principios del siglo XX, con la llegada de la empresa Colorado River Land Company, parte de su territorio se transformó en campos algodoneros; en 1935, la construcción de la presa Edgard Hoover, en el río Colorado, trajo como consecuencia que abandonaran la agricultura, que dependía de las inundaciones del río; en 1937, la ejecución de la Reforma Agraria los integró a una vida sedentaria y disminuyó su territorio ancestral; y finalmente, en 1993, la declaración de la Reserva de la Biosfera del Alto Golfo de California y Delta del Colorado ha significado que su aprovechamiento de recursos pesqueros sea limitado.
Anteriormente, su organización social comprendía la división en clanes o linajes, que eran patrilineales y exógamos, cada uno de los cuales estaba asociado a un tótem. Cada clan contaba con un líder que mantenía el control del grupo, con fines guerreros, pero también podían ejercer actividades chamánicas y de cantadores rituales. En la actualidad sólo se conservan vestigios de las designaciones de estos clanes en los apellidos adoptados por los cucapá, como son Wilson, Tambo, Laguna y Davis, entre los cuales, algunos comprenden la adopción de apellidos de origen estadounidense.]]>220
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Los kumiai desarrollaron la agricultura desde tiempos prehispánicos lo que les dio la posibilidad de mantener estancias en una amplia ruta de desplazamiento de acuerdo a la disponibilidad de aguajes, y por consiguiente desarrollar formas de organización complejas. Pero al finalizar el período misional, habían sido ya reducidos a un proceso de sedentarización y de abandono progresivo de sus conocimientos prácticas y tradicionales, mismo que se profundizó con la llegada de las compañías colonizadoras y deslindadoras, dedicadas a las actividades de minería, agricultura y ganadería, que redujeron su territorio y transformaron el entorno natural, afectando la reproducción de su cultura basada en la caza y la recolección.
A finales del siglo XIX y principios del XX empezaron a incorporarse como mano de obra en los centros mineros, agrícolas o ganaderos, en actividades como la pizca y el pastoreo de ganado.
Anteriormente estaban organizados en linajes patriarcales que comprendían unidades dispersas de nómadas dedicadas a la caza y la recolección. Estas unidades, a pesar de sus vínculos parentales, se encontraban fragmentadas debido a una competencia debido a la escasez de recursos en el desierto. Los linajes se integraban a partir de un ancestro común por la línea paterna, los cuales además compartían un mismo lugar de origen y un ancestro mítico. Actualmente, la mayor parte de la población desconoce la denominación de su linaje ancestral, por lo que sus relaciones de parentesco se guían en sus apellidos y los sitios de residencia.]]>23753