Historiador y político

Nació en Mocorito, Sinaloa

Gran político liberal, impulsor de la educación y la cultura de Sinaloa. Estudió en la Escuela de Leyes graduándose en 1855, en Guadalajara. Al volver a Culiacán con su título de abogado, Buelna se afilió al Plan de Ayutla, que se proclamó el 1 de marzo de 1854 y que desconoció a Santa-Anna, organizando a la República en forma representativa y popular sobre la base de que la nación fuera siempre una sola, indivisible e independiente. El triunfo del Plan de Ayutla permitió la integración del Congreso Constituyente de 1856, que promulgó la Constitución de 1857. Buelna ocupó distintos puestos: fue prefecto de Culiacán, y se unió a Plácido Vega para limpiar al estado de conservadores e instaurar el orden republicano. En agosto de 1857, Plácido Vega se alzó contra el Plan de Tacubaya, que anulaba la Constitución de 1857. En 1862, frente a la amenaza del ejército francés, el licenciado Buelna fue nombrado secretario general de Gobierno, y el 4 de abril de ese año Sinaloa fue declarado en estado de sitio por la intervención francesa. En la sorda lucha por el poder entre juaristas y porfiristas, Buelna se agrupó en torno a Benito Juárez. El 2 de julio de 1871 fue electo gobernador constitucional del estado y el 2 de septiembre de ese año se lo arrebata Francisco Cañedo por plagio, abuso de poder y rebelión; finalmente, el Congreso del Estado conmutó la pena de muerte por el destierro. El 27 de septiembre de 1871, el licenciado Buelna tomó posesión como Gobernador del Estado y desdeñó a los del partido tepiteño alentado por Cañedo, marginándolos del Gobierno. Con la rebelión de Porfirio Díaz, proclamando el Plan de La Noria, Cañedo, enemigo político de Buelna, recobró fuerza y alentó la revuelta contra él. Frente a la presión militar del porfirismo, Buelna salió de Culiacán y se refugió en Mocorito. Cañedo fue tras él, pero Buelna huyó a Bacubirito y luego a El Fuerte, donde recobró fuerza con la llegada de las tropas juaristas de Sonora. El licenciado Buelna entregó el poder a Blas Ibarra, en El Fuerte, y el 14 de marzo regresó a Culiacán y declaró a esta ciudad capital del estado. El 24 de julio de 1872 llegó a Mazatlán la noticia de la muerte del presidente Benito Juárez, ocurrida el 18; cuatro días antes, Buelna, preso en Mazatlán, fue amenazado de muerte si no renunciaba al puesto de Gobernador. Buelna se negó y salió a México para plantear la situación de Sinaloa a Lerdo de Tejada. No obstante la horrible agitación política que sufría Sinaloa, el licenciado Buelna, en un momento de inmensa lucidez sobre el futuro de esta tierra, creó en Mazatlán el Liceo Rosales el 5 de mayo de 1873, que llenaría un gran vacío en todos los órdenes. El Liceo Rosales, al año siguiente de su fundación, fue cambiado a Culiacán.

A pesar de su agitada vida política, Buelna se dio el tiempo necesario para escribir libros de inmensa importancia en la bibliografía sinaloense.

En 1924 se publican los Breves apuntes para la historia de Sinaloa, que escribió en 1877. Después escribiría Apuntes para la historia de la guerra de intervención francesa en Sinaloa, Peregrinación de los aztecas y nombres geográficos indígenas de Sinaloa, Arte de la lengua cahita, Luces del otomí, La Atlántida y Es la última Tule; un ensayo científico de gran valor: La constitución de la atmósfera o leyes que rigen la densidad, pesos, altitud y temperaturas del aire; y una biografía de Agustina Ramírez de Rodríguez.

Después de emplear toda su vida al servicio de Sinaloa, murió el 30 de abril de 1907, luego de sufrir largo tiempo de diabetes. Los restos del ilustre liberal, político e historiador, descansan en el panteón San Juan.