Cardencheros de la Flor de Jimulco, Cardencheros de Sapioriz

D 149

CNCA-DGCP-INI/Cenzontle/INAH/Pentagrama

1992

Grabación: Hilda Pous y Mario Kuri. Texto: Vicente Mendoza Martínez

Lo común en la canción popular mexicana es el acompañamiento musical, sin embargo encontramos excepciones como en la Canción Cardenche, ya que no necesita apoyo instrumental alguno para ejecutarse, sino que solamente se requiere la conjunción de tres voces; una intermedia a la que llaman primera, otra aguda o contralta y una tercera conocida como arrastre. Su dinámica es particularmente interesante ya que emplea desde palabras apenas musitadas, hasta frases con un volumen desgarrador, pasando por inesperados silencios que hacen impredecible la frase siguiente.
Esta expresión musical tuvo su auge desde el último cuarto del siglo pasado, hasta el primer tercio del presente en varias poblaciones de la Comarca Lagunera; pero todavía es posible escucharla en Sapioriz, pequeña población del municipio de Lerdo, Durango y en la Flor de Jimulco que pertenece al municipio de Torreón, Coahuila. El primer grupo cultiva fundamentalmente la canción de tema amoroso y el segundo los llamados corridos acardenchados. Al frente de estos grupos y estilos están los señores Eduardo Elizalde Fernández y Francisco Orona Martínez, pilares de la Canción Cardenche, que, por cierto, debe su nombre a una planta cactácea muy abundante en la región, cuyas espinas penetran fácilmente en la carne, pero son sumamente difíciles de sacar, dejando un fuerte ardor, tal como los mensajes claros y punzantes de la canción.