Esta celebración, también conocida como joc-lo, se lleva a cabo en los pueblos mixtecos de Xayacatlán de Bravo y San Jerónimo Xayacatlán a algunos kilómetros de Acatlán de Osorio, al sur del estado, en la parte poblana de la región conocida como Mixteca Baja, compartida con el estado de Oaxaca. La fiesta inicia el domingo anterior al miércoles de ceniza y termina en la madrugada o al amanecer de este día, con un ritual conocido como la quema del gallo. Se puede decir que la señal que anuncia que la fiesta está por comenzar es el sonido de un cuerno que cruza el pueblo llamando a los hombres que se disfrazarán de Viejos o Marías. Según la tradición a cada hombre le corresponde disfrazarse por siete años consecutivos del personaje de un sexo y en los siguientes siete, del personaje del sexo opuesto. Entre las Marías hay quienes llevan un paliacate en el rostro que les deja ver sólo los ojos; otros utilizan unas máscaras que simulan el rostro maquillado de una mujer de facciones muy finas, con las pestañas largas y las cejas bien delineadas, sombras azules en los párpados, pómulos altos y chapeados, de nariz fina, boca pequeña y labios color carmín, algunas de ellas esbozando una coqueta y permanente sonrisa. Hay también quienes se disfrazan de gorilas, vampiros o con máscaras de los ídolos de la lucha libre, o bien, de artistas y políticos famosos, de buena o mala fama. La gente va llegando a la plaza municipal el domingo a mediodía, dispuestos a disfrutar del baile y la fiesta del carnaval. El ambiente se alegra con la música de las bandas que tocan sones, jarabes o melodías preparadas para la ocasión, y también con grupos modernos. Y aunque el domingo termine, la fiesta sigue: el lunes desde la mañana hasta la noche el baile continúa en cada barrio. El martes los danzantes se reúnen frente al palacio municipal para solicitar a los trabajadores del ayuntamiento su cooperación para la fiesta, luego se hace un recorrido por el pueblo y al finalizarlo se elige a los capitanes que se encargarán de la organización del siguiente carnaval, el año siguiente. La noche del martes, al terminar el son grande se realiza la quema del gallo con la que concluye el carnaval. En esta ceremonia, un gallo rojo es colgado de las patas a una estructura de madera, donde será descuartizado por los danzantes al tiempo que se entona una canción simbólica. Las plumas y pedazos de carne que le son arrancados al animal a machetazos son echados a una fogata. Luego se coloca una cruz sobre la estructura de madera, para después iniciar un rosario y algunos cantos de alabanzas a Dios. Al amanecer del miércoles de ceniza, la fiesta ha terminado ya, quedando sólo y precisamente, las cenizas del gallo que, con su sacrificio, se ha llevado todos los desmanes cometidos durante el carnaval.

Xayacatlán de Bravo, Puebla

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