Su construcción fue ordenada por don Francisco de Montejo y León el 4 de octubre de 1540, con el título de Nuestra Señora de la Concepción. En el transcurso de los años sufrió varias modificaciones hasta el año de 1705, en el que alcanzó su extensión actual. El atractivo principal de la iglesia es su fachada, que consta de una portada de piedra labrada con dos cuerpos enmarcados por dos pilastras estriadas sobre pedestales y un sencillo remate curvado con un perillón, sobresaliendo el conjunto arquitectónico con sus esbeltas torres, formadas por tres cuerpos de plantas cuadradas y muros lisos, separadas por sencillo cornizuelo. En su interior se puede apreciar el Santo Entierro, escultura de un Cristo en una urna tallada en ébano, con incrustaciones de plata repujada. Esta Catedral está incluida en el conjunto de iglesias barrocas y es un ejemplo de la arquitectura colonial campechana.

Fuente: La Revista Peninsular

1650-1760