Alfarería y cerámica
Barro negro

Cántaros, jarras, apaxtles, ollas y reinterpretaciones de éstas caladas; campanas y candelabros; juguetes como silbatos y alcancías; figuras decorativas religiosas, esculturas con motivos costumbristas, recreaciones prehispánicas, joyería.

Barro gris de la región.

Torno primitivo, tepalcates para alisar, bruñidor de piedra.

Se prepara el barro con mucho cuidado, se realiza el modelado a mano en partes, se seca al sol y se procede al acabado que puede ser con una o varias técnicas, como alisado, bruñido, calado, esgrafiado y, en su caso, pintado. Se utiliza un horno de ladrillo para el quemado y a partir de la reducción de oxígeno las piezas se tornan negras.

Los utensilios para cocinar y almacenar agua eran adquiridos por los pueblos aledaños.

El barro negro tuvo un gran auge desde los años treinta del siglo XX con el desarrollo del turismo. Decenas de familias se han dedicado a diversificar los productos buscando formas innovadoras para obtener una ventaja competitiva.

Los hornos son de leña; faltan planes de reforestación de especies adecuadas.

Doña Rosa Real Mateo se convirtió en legendaria alfarera a partir de mediados del siglo XX con el auge del turismo. Se le atribuye el desarrollo del negro brillante a partir del bruñido, aun cuando existen antecedentes.
Carlomagno Pedro Martínez ha sido pionero en el arte escultórico. Ha obtenido numerosos premios y ha sido reconocido como Maestro del Arte Popular Mexicano por Fomento Cultural Banamex.

Varios autores, Grandes maestros del arte popular mexicano: la Colección de Fomento Cultural Banamex, Fomento Cultural Banamex, México, 2003, pp. 116-119.
Rothstein, Arden Aibel, and Anya Leah Rothstein, Mexican Folk Art from Oaxacan Artist Families, Schiffer Publishing, 2002, USA, pp. 343-350.