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Jorge Luis Valencia García

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Jorge Luis Valencia García
Arte Popular

jorgevaga@hotmail.com
Síntesis biográfica

Es difícil conservar nuestra cultura. Yo sé que va a desaparecer, es una realidad. Por la globalización que se está viviendo. La cerámica tradicional va a desaparecer porque aquí la gente ya no compra trastes de barro, compran de peltre, aluminio o de plástico. Comprar una pieza de las que hacemos nosotros es un lujo que se dan muy pocas personas, más que nada los extranjeros, turistas. Entonces si el barro no da para sobrevivir, va a desaparecer.

San Antonino está cerca de la ciudad de Oaxaca. La ciudad es importante para mí, pero no me atrae por el ruido. Yo tengo mi taller de cerámica en el campo. Acabo de hacer un horno alto para cocer mis piezas, unas calaveras que llegan a medir hasta dos metros. Me gusta ir a Oaxaca a ver películas. Supe de Luis Buñuel, del surrealismo en el Pochote, un cine donde han pasado sus películas y la entrada es gratis. Tengo un amigo que está inscrito en el cine club del Pochote y renta películas. Las traemos a San Antonino y la proyectamos para el pueblo en el cine Maguey.

También me gusta ir a la ciudad a comprar libros, me llaman la atención los libros de Octavio Paz y Carlos Monsiváis. Me gusta su rollo, leyendo voy renovando mis ideas, me retroalimento con esos escritores y con pintores como Tamayo, Rivera y Frida Khalo.

De Frida Khalo aprendí que para el hombre no hay obstáculos, porque ella aun con su enfermedad seguía trabajando y pintaba muy bien. Aprendí la técnica del barro rojo de mi padre, Luis Valencia, hace como 20 años, mi papá me ponía a que le amasara el barro, luego yo le ayudaba a modelar pájaros y otras figuras pequeñas.

Me siento orgulloso de ser zapoteco porque de ahí vienen las raíces de mi trabajo. Lamento no hablar la lengua zapoteca, pero todavía puedo aprender con mi mamá que sí la habla. Yo quisiera que la cerámica de barro rojo lo aprendiera más gente de San Antonino y de otros pueblos, para que no se pierda: es nuestro patrimonio pero está en peligro de extinguirse porque se vende poco y la gente prefiere dedicarse a otros trabajos y prefieren irse a la ciudad.

En la ciudad hay galerías que a veces no compran nuestras piezas, pero yo no comparto la idea de entregar mis piezas a una galería porque explotan al artesano, al artista, nos ven como una mercancía y yo no soy una mercancía. ¡Mi trabajo es importantísimo para mí!

Me ha pasado que, me piden una pieza y me dicen como la tengo que hacer, me proponen el diseño, ¡quitale esto!, ¡no se lo puedo quitar! Ponle esto otro, ¡no puedo!, les digo. Como no les hago caso se enojan conmigo, ¡condenados indios que no hacen caso!, nos dicen. Por eso yo prefiero mantener mi independencia de las galerías. Elisa Ruiz.
 
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Fecha de última modificación: 5 de octubre del 2011, 10:05
Información proporcionada por:
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