Banda de Artillería. Dir. Ricardo Pacheco, Banda Rodríguez, José Moriche, Banda Internacional. Dir. Athiel Shilkret, Orquesta Típica Mexicana, Anáhuac, Cancioneros del Bajío, Banda Rosas, Banda Víctor, Orquesta Típica Nacional, Orquesta Típica de la Ciudad de México, Coro del Conservatorio Nacional de Música y Banda Sinfónica de la Marina Nacional.

F 16

CNCA-DGCP/Asociación Medxicana de Estudios Fonagráficos

1994

Investigación y texto: Pablo Dueñas y Jesús Flores Escalante

En México la etapa prehispánica fue pródiga en agrupaciones musicales de orden religioso y militar, donde abundaron los instrumentos de percusión y de viento. Durante la Colonia, estos grupos tuvieron una importancia menor que aquellos de tipo civil. El auge llegó tras la caída del Imperio Francés, momento en el que una vez restaurada la República, se intentó formar una banda por cada batallón en todo el país. Muestra de las primeras marchas mexicanas que en aquella época cobraron gran popularidad se encuentra Zaragoza, compuesta por Aniceto Ortega en 1862, con motivo del triunfo sobre el ejército francés en Puebla.
En cuanto al Jarabe, pese a sus notables influencias españolas este pudo incorporar a su forma musical toda una gama de sucesos y hechos relacionados con la vida cotidiana del mexicano. Por su fácil asimilación a todos los núcleos de cultura, el Jarabe pudo de esta manera formar parte del folclor general del país, de sur a norte. En el centro, el Jarabe se adaptó a las necesidades de las orquestas típicas que surgieron en la segunda mitad del siglo XIX, razón por la que existe una gran mayoría de partituras para dichos grupos, aunque los conjuntos jarochos y los bravíos como el Mariachi, le impriman mayor jerarquía musical.
Por supuesto del jarabe se derivaron otros aspectos de la música mexicana que obviamente se encuentran contemplados en este trabajo.