La mayoría de las actividades del ser humano se desarrollan en un medio ambiente construido. En este sentido, la arquitectura, en cualquier cultura y geografía, es la profesión que ofrece respuestas para un complejo proceso que involucra no sólo aspectos funcionales, sino también, preocupaciones estéticas, sociales, culturales, económicas y medioambientales. De este modo, la arquitectura se percibe como una profesión de compromiso que va más allá de la solución completa y adecuada de edificios individuales: este compromiso implica decisiones que tienen que ver con el marco mayor de la ciudad y la sociedad. Las demandas actuales que impone la búsqueda de un desarrollo sostenible de la humanidad en todo nivel (ecológico, económico, cultural, funcional y social) impulsan a la arquitectura a responder a un rango mayor de requisitos y condiciones. Vista bajo esta luz, la arquitectura como profesión contemporánea implica una consciente y responsable tarea de planeación, diseño y construcción de lugares habitables por el hombre.