En Xalapa, para los altares de los niños, cortan flores de sepiterna (le llaman cresta de gallo), la limonaria y con ramas tiernas de palma, entretejen las flores y con ello adornan, de manera tradicional, las ofrendas, esto se lleva a cabo el día 31, también en estos altares para los niños se les coloca una jarra de café y piezas de pan y velas.

Otros elementos que se emplean son cuatro vasos de agua, alimentos como arroz y pollo, tortillas, elotes, camotes, chayotes, yucas, calabazas, tamales de carne y frijol. Las bebidas que se colocan son el atole, tepache de caña. Nunca falta el incienso. En punto de las ocho de la noche encienden una vela, de la más grande que haya y la abuelita o el abuelito se inca para rezar y hacer la entrega de toda la ofrenda, para que los espíritus de los difuntos chicos vengan a disfrutarlos, pero si en la casa no hay abuelitos, la entrega la hace el papá o la mamá si saben orar, la ofrenda permanecerá toda la noche, porque se dice que no todos los espíritus llegan en el mismo momento y es por eso que se les da ese tiempo.

Para el día de Todos los Santos y Fieles difuntos, es decir el 1 y 2 de noviembre, la gente de Xalapa adorna sus altares con palmillas tepejilotes, lo hacen dos o tres días antes de la fecha. Entre los alimentos que emplean para su altar a muertos están las mandarinas, las limas, cañas, naranjas, racimo de plátanos, yucas, camotes y jícamas.

Las mujeres hacen tamales, para su elaboración cortan hojas de plátano, las cuales pueden cortar en su milpa o algunas las consiguen en el monte, el momento para cortar estas hojas es en el día de San Lucas. Con el nixtamal previamente preparado, usan las hojas para envolver sus tamales, entre otros ingredientes empleados para la elaboración de este alimento son el chile ancho, la manteca, tomate y el clavo como especia. A diferencia de los altares para los niños, en estos se coloca el doble de los elementos que constituyen la ofrenda.