La muerte de doña Piedad convoca, en una vieja casona de la capital mexiquense, a las parientes más cercanas (en su mayoría mujeres), quienes arman tremendo mitote para repartirse joyas, vestidos y otros objetos de la difunta en una rifa salpicada con los contrapuntos anecdóticos provocados por el furor femenino. Además de dramaturga, Aceves también es actriz y directora.