Una revisión del libro Don de febrero y otras prosas (UNAM, 1952), de Elena Molina Ortega, hecha por José Luis Martínez permitió separar genéricamente la crónica de la crítica literaria escrita por López Velarde. Entre los textos seleccionados está el que dedicó al libro El plano oblicuo, de Alfonso Reyes, quien nunca perdonó al vate jerezano el comentario de que lo prefería fuera de la lírica; también aparece El predominio del silabario, donde el autor de La suave patria, da cuenta de su postura poética. Marco Antonio Campos es el autor del prólogo.