A lo largo de la Sierra Madre, los valles centrales y el desierto de Chihuahua existen pinturas rupestres y petroglifos. El antropólogo Francisco Mendiola dedicó más de diez años a observar y analizar esas imágenes hasta conformar la serie de hipótesis que presenta en este estudio. El arte rupestre en sus formas, estilos y contenidos se enmarca así en la dimensión espacio, cultura y tiempo para ayudar a comprender el pasado y los procesos de contacto cultu-ral de antiguos pobladores de la región. El trabajo ganó el Premio Chihuahua en Ciencias Sociales 2000.