Sustentado básicamente en los testimonios orales de los sanandreseros más antiguos, corroborando puntualmente sus antiguos saberes en los pocos documentos que el autor encontró; narrado en primera o tercera persona cuando así conviene al relato; reiterativo como suele ser la conversación entre amigos, con usos indistintos del género en ocasiones, enfático al defender situaciones históricas que ha vivido personalmente, o distante y respetuoso cuando refiere lo que le han platicado, el autor nos ofrece, en ese tránsito de la castilla al español incipiente, imaginativo a veces y dolorosamente real en otras, la gesta y la épica de la resistencia cultural de los habitantes de San Andrés desde la época prehispánica hasta el amanecer del zapatismo y su posterior reconversión en prácticas autonómicas y autogestivas propias de los actuales indios de Chiapas.