A estos textos reunidos bajo el título Dierio bastardo (diario desde la cárcel) de Salvador Castañeda, se le aplican las palabras con las que josé Martí hablabade alguno de los suyos: Éstas que ofresco, no son composiciones acabadas: son, ¡ay de mí!, notas de imágenes tomadas al vuelo, y como para queno se escapen... No son composiciones, son las notas de un prisionero de querra, de un guerrillero reducido a prisión, sometido a un espacio sofocante que lo obliga a él y a sus compañeros a encebollarse con tal de caber en esa celda que de pronto se ha convertido ya en un baño de vapor a la vez que en un pestilente concentrado de hedores que provocan asco, repugnancia, arcadas, catarsis.