JORGE GALVÁN, la vida de un viajante. En 1952, cuando decidió ser actor, fue para siempre, sin importar las vicisitudes. Fue en septiembre de 1969 cuando cambió su residencia a Aguascalientes y esta vez, también fue para siempre; después de sus anteriores intentos de radicar en Querétaro y en San Luis Potosí, tras estudiar las posibilidades de estar cerca de la casa materna aceptado vivir en Cuernavaca, Morelos o en San Miguel Allende, Guanajuato. Por las instalaciones de la flamante Casa de la Cultura se quedó a vivir en Aguascalientes. Aquí viviría, crearía, trabajaría y desea ser enterrado; aquí crecieron sus hijos, nacieron sus nietos y reposan los restos de su madre: "su querida Espe".