En 1999 la Dirección de Estudios Arqueológicos del INAH se propuso elaborar la síntesis del conocimiento de la cerámica del México antiguo, con el fin de formular problemas y líneas de investigación. La coordinación del proyecto fue asignada a Beatriz Merino y Ángel García Cook, quienes aceptaron el reto de reunir textos documentales sobre la cerámica prehispánica. El resultado es una ambiciosa obra de cinco volúmenes, con la participación de 88 especialistas nacionales y extranjeros.