Clave
AM3-CHIS-1-64
Ámbitos representados por el elemento
Prácticas sociales, rituales y actos festivos
Ubicación geográfica y alcance del elemento
Local
Nombre de las comunidades involucradas
Copoya, municipio de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
Descripción del elemento
La iglesia de la localidad de Copoya está dedicada a tres imágenes que en conjunto son conocidas como las vírgenes de Copoya o las Copoyitas: la Virgen de Candelaria, la Virgen del Rosario y María de Olachea. Esta última es en su origen una imagen de Santa Teresa, aunque no queda perfectamente definido si se trata de Teresa de Ávila, festejada el 15 de octubre, o Santa Teresa del Niño Jesús (Teresa de Lisieux), festejada el 1º de octubre. Según la tradición oral, la imagen fue donada por la familia Esponda y Olachea, de la hacienda la Valdiviana, al pueblo de Copoya, de donde toma su nombre. Actualmente es considerada una advocación local de la Virgen María, no reconocida por la Iglesia católica. Durante el año las Copoyitas son llevadas dos veces a la ciudad de Tuxtla Gutiérrez: la primera del 30 de enero hasta el 30 de marzo, aproximadamente, y la segunda del 14 al 23 de octubre. Estas celebraciones son conocidas como las “Bajadas de las Virgencitas de Copoya”. En los textos y rezos pronunciados en algunos rituales zoques, se las menciona individualmente anteponiendo al nombre la palabra “Copoyita”: Copoyita” Rosario, “Copoyita” Candelaria y “Copoyita” Olachea.
BAJADA DE LAS VÍRGENES DE COPOYA: FIESTA DE LA VIRGEN DE LA CANDELARIA
Fecha: del 30 de enero al 2 de febrero Lugares: Iglesia de las Vírgenes de Copoya y casa de los cargueros responsables. Organización religiosa: Junta de Festejos de Copoya y Mayordomía del Rosario. Cargos responsables de la fiesta: presidente de la Junta de Festejos de Copoya, primero y segundo priostes madre de espera, primero y segundo mayordomos de Candelaria. Ritos y actividades especiales: procesiones diarias, baile de yomoetzé y la robadera. La “Bajada de las Vírgenes de Copoya” es la celebración zoque más popular en Tuxtla Gutiérrez, y en ella no solamente participan la mayordomía y la gente del costumbre, sino también muchos devotos de las Vírgenes. Inician las actividades en la mañana del 30 de enero en la iglesia de las Vírgenes de Copoya. Se reúnen los cargueros, danzantes y devotos. Entre las 8:00 y 9:00 horas se comienza a preparar a las tres Vírgenes para la “bajada”. Se les coloca en cajones de madera cerrados, envueltos con petate y flores y coronados con otras más. Una vez preparadas así las imágenes, se pasa a la casa del presidente de la Junta de Festejos, en donde se toma posol y se levanta el baile de yomoetzé. Posteriormente se procede a salir en procesión a Tuxtla. Las imágenes son cargadas con mecapales por quienes lo solicitan previamente al prioste, muchos por promesas a la imagen que portarán. Si bien la columna debe ser encabezada por el danzante de la Pluma (Napapoketzé), en los últimos años se ha popularizado que delante de ellos vaya un grupo de parachicos, danza tradicional de Chiapa de Corzo y comunidades aledañas. El trayecto total incluye la salida de la iglesia a la carretera, el descenso de aproximadamente tres kilómetros por ésta hasta llegar a la ciudad, y posteriormente el recorrido dentro de ella hasta la casa del primer prioste madre de espera. Al llegar, entran a la capilla, en donde las imágenes son retiradas de sus cajones. Se reza como recepción a las Vírgenes, las cuales son sacadas a una pequeña caseta de manta, conocida como yotetoc, colocada en el patio. Ahí es colocada cada imagen, vestida con los batones preparados por el prioste madre de espera, a la vez que la coronan de plata. Posteriormente la colocan en su lugar en el altar. Se prosigue con el convite, interrumpido entre las 14:00 y las 16:00 horas, aproximadamente, por la danza de yomoetzé y la robadera. En el resto de la tarde, continúa con la reunión, para dar paso al baile popular en la noche. En la mañana del 31 de enero se realiza la procesión de la casa del primero a la del segundo prioste madre de espera, de donde partirá al día siguiente a la casa del primer mayordomo de Candelaria. El desarrollo de la fiesta se da de la misma manera en ambos lugares. En estas procesiones las imágenes ya no son guardadas en los cajones de madera, sino solamente cubiertas con mantas tejidas nuevas. El 2 de febrero, día propiamente de la celebración, se efectúa el rompimiento en la casa del prioste, y se convive toda la mañana. Alrededor de las 16:00 horas tienen lugar el yomoetzé y la robadera, para salir posteriormente en procesión a la casa del segundo mayordomo de Candelaria, en donde se realizan una vez más la danza y el ritual. LAS PEDIDAS Y
LA SUBIDA DE LAS VÍRGENES DE COPOYA
Fecha: 3 de febrero y mes de marzo. Antiguamente las Vírgenes subían a su lugar en Copoya en los días inmediatos posteriores a la fiesta de Candelaria. Sin embargo, se ha extendido cada vez más la práctica de las “pedidas”. Esto es, la familia que lo desea “pide” previamente a las Vírgenes para recibirlas en su casa y hacerles el rezo y la fiesta durante un día. Estas celebraciones tienen, entre otros, el objetivo de recaudar fondos para el mantenimiento de la iglesia de las Vírgenes de Copoya, ya que en cada festejo se solicita una cooperación voluntaria a cada uno de los presentes. Cada fiesta de pedida reproduce en buena medida las actividades realizadas en las casas de los priostes, incluyendo en muchas de ellas la danza y la robadera. Terminadas las pedidas, las Vírgenes deben regresar a la casa del primer mayordomo de Candelaria, de donde saldrán nuevamente para subir a Copoya.
BAJADA DE LAS VÍRGENES DE COPOYA: FIESTA DE LA VIRGEN DE LA CANDELARIA
Fecha: del 30 de enero al 2 de febrero Lugares: Iglesia de las Vírgenes de Copoya y casa de los cargueros responsables. Organización religiosa: Junta de Festejos de Copoya y Mayordomía del Rosario. Cargos responsables de la fiesta: presidente de la Junta de Festejos de Copoya, primero y segundo priostes madre de espera, primero y segundo mayordomos de Candelaria. Ritos y actividades especiales: procesiones diarias, baile de yomoetzé y la robadera. La “Bajada de las Vírgenes de Copoya” es la celebración zoque más popular en Tuxtla Gutiérrez, y en ella no solamente participan la mayordomía y la gente del costumbre, sino también muchos devotos de las Vírgenes. Inician las actividades en la mañana del 30 de enero en la iglesia de las Vírgenes de Copoya. Se reúnen los cargueros, danzantes y devotos. Entre las 8:00 y 9:00 horas se comienza a preparar a las tres Vírgenes para la “bajada”. Se les coloca en cajones de madera cerrados, envueltos con petate y flores y coronados con otras más. Una vez preparadas así las imágenes, se pasa a la casa del presidente de la Junta de Festejos, en donde se toma posol y se levanta el baile de yomoetzé. Posteriormente se procede a salir en procesión a Tuxtla. Las imágenes son cargadas con mecapales por quienes lo solicitan previamente al prioste, muchos por promesas a la imagen que portarán. Si bien la columna debe ser encabezada por el danzante de la Pluma (Napapoketzé), en los últimos años se ha popularizado que delante de ellos vaya un grupo de parachicos, danza tradicional de Chiapa de Corzo y comunidades aledañas. El trayecto total incluye la salida de la iglesia a la carretera, el descenso de aproximadamente tres kilómetros por ésta hasta llegar a la ciudad, y posteriormente el recorrido dentro de ella hasta la casa del primer prioste madre de espera. Al llegar, entran a la capilla, en donde las imágenes son retiradas de sus cajones. Se reza como recepción a las Vírgenes, las cuales son sacadas a una pequeña caseta de manta, conocida como yotetoc, colocada en el patio. Ahí es colocada cada imagen, vestida con los batones preparados por el prioste madre de espera, a la vez que la coronan de plata. Posteriormente la colocan en su lugar en el altar. Se prosigue con el convite, interrumpido entre las 14:00 y las 16:00 horas, aproximadamente, por la danza de yomoetzé y la robadera. En el resto de la tarde, continúa con la reunión, para dar paso al baile popular en la noche. En la mañana del 31 de enero se realiza la procesión de la casa del primero a la del segundo prioste madre de espera, de donde partirá al día siguiente a la casa del primer mayordomo de Candelaria. El desarrollo de la fiesta se da de la misma manera en ambos lugares. En estas procesiones las imágenes ya no son guardadas en los cajones de madera, sino solamente cubiertas con mantas tejidas nuevas. El 2 de febrero, día propiamente de la celebración, se efectúa el rompimiento en la casa del prioste, y se convive toda la mañana. Alrededor de las 16:00 horas tienen lugar el yomoetzé y la robadera, para salir posteriormente en procesión a la casa del segundo mayordomo de Candelaria, en donde se realizan una vez más la danza y el ritual. LAS PEDIDAS Y
LA SUBIDA DE LAS VÍRGENES DE COPOYA
Fecha: 3 de febrero y mes de marzo. Antiguamente las Vírgenes subían a su lugar en Copoya en los días inmediatos posteriores a la fiesta de Candelaria. Sin embargo, se ha extendido cada vez más la práctica de las “pedidas”. Esto es, la familia que lo desea “pide” previamente a las Vírgenes para recibirlas en su casa y hacerles el rezo y la fiesta durante un día. Estas celebraciones tienen, entre otros, el objetivo de recaudar fondos para el mantenimiento de la iglesia de las Vírgenes de Copoya, ya que en cada festejo se solicita una cooperación voluntaria a cada uno de los presentes. Cada fiesta de pedida reproduce en buena medida las actividades realizadas en las casas de los priostes, incluyendo en muchas de ellas la danza y la robadera. Terminadas las pedidas, las Vírgenes deben regresar a la casa del primer mayordomo de Candelaria, de donde saldrán nuevamente para subir a Copoya.
Funciones sociales y culturales
Cohesión social, consolidación de estructuras de intercambio y redistribución, consolidación de pertenencia cultural a un grupo.
Riesgos
Tensión entre grupos de poder representados por las mayordomías, problemas con la estructura de la diócesis de Tuxtla, cambio de las imágenes con copias, pues las originales ya no salen de la iglesia de Copoya, aunque el público las acepta como las legítimas. Es una de las fiestas zoques que admite “ladinos” o personas que no pertenecen a la etnia o a “el costumbre”.
Bibliografía
Rodríguez León Félix, Ruiz Pascacio Gustavo, López Espinosa Omar, Zea Chávez Omar. 2007. Los Zoques de Tuxtla. Gobierno del Estado de Chiapas.
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Fecha de última modificación: 7 de noviembre del 2012, 19:14
Información proporcionada por:
Red Nacional de Información Cultural
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