En el antiguo pueblo de San Sebastián, hoy cabecera municipal de Concordia, existe una finca notable. Por la calle Salomé Vizcarra, haciendo contraesquina a la torre del templo parroquial, y ubicada además frente a la Plaza Principal, se halla este inmueble construido en el transcurso del siglo XVIII. Fábrica de adobe y piedra, con enmarcamientos labrados en cantería, tan variados en sus formas, que el propio inmueble se convierte en un rico muestrario de enmarques barrocos; dos de ellos con jambas muy esbeltas, exaltadas con remates formados por dos piezas de roleos confluyentes, y adornados con tenues estrías. El dintel ha sido exornado con una flor en la clave, abrigándose con un remate conopial formado por dos franjas también levemente estriadas. Los enmarcamientos que rodean el resto de los vanos suelen ser un tanto más coloquiales, de sencillos jambajes ornados con superficies tableradas, y una flor de cuatro pétalos en la clave de la platabanda. La portada del acceso principal de este edificio, ya describe las formas del neoclásico: un entablamento enriquecido con triglifos y metopas es sostenido por un par de medias muestras del orden toscano.

Patrimonio arquitectónico