El edificio fue construido a mediados de la década de 1840 y por cerca de treinta años permaneció como comercio. Fue adquirido por el empresario de teatro Manuel Rubio, quien agregó un segundo piso en 1873 y lo habilitó como hotel con el nombre de Iturbide; dicho hotel fue uno de los más lujosos e importantes de su tiempo, relacionado con la presencia de la famosa sopranoÁngela Peralta y su compañía de ópera, quienes llegaron en agosto de 1883 a Mazatlán a presentarse en el teatro próximo al hotel Iturbide. En 1875, el edificio y el teatro fueron comprados por el comerciante español Martín Mendía, más tarde, alrededor de 1880, su socio y paisano Juan Bautista Hernández compró la propiedad. Después de 1883 se transformó de hotel de lujo a albergue para la más refinada aristocracia. Las viejas habitaciones fueron habilitadas como recepciones y decoradas con plateas importadas de Austria, grandes espejos de Venecia, candelabros de cristal de Bohemia, muros cubiertos de sedas francesas y brocados y muebles construidos con maderas tropicales de caoba, teca y ébano. Los bailes de gala como los carnavales y fin de año fueron de lo más notorio a lo largo del Pacífico, no sólo porque congregaban a lo más selecto de la sociedad, sino también por los platillos y vinos servidos. El Casino decayó después de la revolución de 1910 ya que fue presa del saqueo por los revolucionarios cuando tomaron la ciudad en 1914, prácticamente el Casino sobrevivió hasta la década de 1930 cuando cerró definitivamente. En una de las partes del inmueble se ubicó una famosa cantina de la época revolucionaria que llevó por nombre Salón Roher, que operó alrededor de 1909, después albergó al Café París, el mejor restaurante de la ciudad durante la década de 1920. Desde entonces tuvo diferentes usos hasta que fue adquirido por el gobierno.

Patrimonio arquitectónico