Esta escuela fue el primer edificio educativo moderno construido en Monterrey, a iniciativa de los vecinos del barrio de San Jacinto. En 1928 iniciaron las obras, dirigidas por el ingeniero Miguel Osuna Treviño según proyecto del arquitecto Cipriano J. González Bringas. Es un edificio educativo único en toda la ciudad, tanto por la calidad de la construcción como por la variedad y riqueza de espacios de que usualmente no estaba dotada la generalidad de las escuelas, ya que cuenta con un amplio sótano que tuvo laboratorios y gimnasio, además de un auditorio completo de dos pisos de altura. El aire de edificio educativo es solemne, reflejo del sobrio estilo academicista que se utilizó para resolver toda su composición.