La portada es admirable por su gran exuberancia decorativa. Forma la entrada un arco de medio punto sobre pilastras, con sencillos tableros en forma de cruz, y un angelillo muy rústico en la clave. Sobre ésta existe un monograma de María pintado en rojo. En las enjuntas del arco, hay sendos angelillos representados de cuerpo entero en blanco, con los brazos y cara encarnados, y descansando sus pies sobre una especie de modillones. El arco tiene un doble cordón en la arquivolta. Dos columnas salomónicas flanquen la entrada, con un capitel corintio, sobre sencillos pedestales. Continúan hacia arriba con unos angelitos tipo atlantes sosteniendo una cornisa denticulada, la cual presenta en su parte media una grieta de escasa magnitud.