Para admirar su fachada principal en pancoupé, solo tiene que pararse en la contraesquina. Desde ahí sobresale su portada tallada en cantera, cuyo acceso es custodiado por un par de sobrias columnas dóricas; en el nivel superior figura el diseño de la herrería del balcón principal en forma de caligrafía, extendida de forma individual y corrida en los balcones de las ventanas de sus dos fachadas laterales. Como remate exhibe un frontón neoclásicotriangular. Mientras las ventanas de la planta baja presenta marcos y sencillas cornisas, las del nivel superior lucen cartelas y cornisas curvas.

Se sabe que en este relevante palacio, construido en 1894, se alojó por mucho tiempo la famosa Rebocería de Loweree Hermano, misma que desapareció durante la Revolución Mexicana. El origen de su sobrenombre tiene dos versiones, según cuenta la tradición: por las lágrimas vertidas al morir tres trabajadores cuando se construía, o bien, aquellas que derramaron sus propietarias al tener que vender este inmueble.

Este inmueble es pieza fundamental de la historia de la ciudad de Durango al estar ubicado justo en el lugar de su fundación hace ya 450 años. Forma parte de la Plaza de Armas reafirmando con su presencia el carácter del Centro Histórico duranguense.