La entrada central se encuentra en esquina, es la más importante y se pueden apreciar una escultura de San Agustín como remate y la frase de alabanza a la Santísima Virgen Maria: “GLORIA TIBI-TRINITAS”. Sobresale la ornamentación de argamasa en los accesos atriales, portada del templo (de carácter manierista que presenta entre sus detalles querubines, motivos vegetales y geométricos, así como símbolos agustinos: báculo, iglesia, corazón y mitra), la portada lateral de carácte barroco, la torre campanario y una capilla dedicada a Nuestra Señora de Guadalupe. La nave del templo es de planta de cruz latina con seis tramos, al interior se hace evidente la última decoración de tipo neoclásico lo que incluye al altar principal y ciprés.

Los hermanos de la Orden de San Agustín llegaron a la villa de Carrión en 1590. Durante la etapa como provincial del padre fray Juan Adriano, funda y dedica a Santa Cecilia el convento e iglesia el padre fray Melcho Vargas. El templo debió terminarse para 1698. A finales del Siglo XVII el Convento Agustino constaba con 10 religiosos, de los cuales dos de ellos eran “lenguas”, es decir, que predicaban y confesaban en náhuatl. Este inmueble ocupó la manzana que se encuentra ahora limitada por las calles 3 y 5 Poniente, e Independencia y 3 Sur, concentrando la construcción del templo y claustro en el extremo sureste, dejando el resto del área para huertas y cultivos. Con el proceso de desamortización de los bienes de la iglesia, el convento perdió los bienes y propiedades que permitieron su sostenimiento y permanencia en el lapso de casi doscientos cincuenta años.