Esta casa debe su nombre a su propietario, don Tomas de la Plaza Deán de la Catedral de Puebla, quien concluyó el inmueble en 1580. Es un magnífico ejemplo de lo que fueron algunas de las mansiones en el primer siglo de vida de la Ciudad de Puebla. En su interior se encuentran dos murales de excelente calidad. El primero representa a las síbilas, mujeres que recibieron del Dios Apolo el don de la adivinación. El segundo se ubica en la recámara de don Tomás de la Plaza; se le denomina de los Triunfos. La casa fue vendida para llevar acabo la construcción de un cine, por lo que una gran parte de ella fue demolida. Sin embargo, por la importancia del inmueble, se restauró para convertirla en un museo a cargo del INAH. En 1580 se terminó de construir esta casa que fuera propiedad del Deán de la Catedral, don Tomás de la Plaza, con el más refinado gusto del Renacimiento. En la planta alta se conservan las dos únicas habitaciones que muestran en su decoración el cuidado y esmero de su propietario. También se puede admirar la fachada, completamente lisa para resaltar la portada que artísticamente corresponde al estilo renacentista, pues respeta íntegramente la tradición heredada de griegos y romanos; es de cantera gris extraída del cerro de Loreto de esta misma ciudad de Puebla; consta de dos cuerpos y un remate bien equilibrado y elegante; el coronamiento o remate está semidestruido, pero por los detalles que subsisten se advierte que tenía el escudo nobiliario del dueño original. Al pasar el amplio zaguán, se aprecia una escalinata que originalmente estaba situada en otra parte de la casa y fue rescatada de la demolición; se reconstruyó aquí para dar acceso a la planta alta, en donde se han conservado las dos únicas habitaciones originales.

Sala 1.- Se encuentra La cabalgata de las Sibilas, en donde se encuentran muestras pictóricas, una cabalgata de vírgenes profetisas de la antigüedad clásica, correspondientes a los doce profetas menores de Israel. Las sibilas anuncian la venida, pasión y muerte de Jesucristo.
Sala 2.- De los triunfos, los murales representan los triunfos del Amor, Castidad, Fama, Tiempo, Muerte y Eternidad, basados en el poema homónimo de Francesco Petrarca.

1 de enero de 1984