Rubén Orozco se inició en el mundo de las artes plásticas a muy temprana edad. A sus 15 años de edad pintó un mural en la clase de arte de su secundaria. Estudió Artes Visuales con orientación a la escultura en la Universidad de Guadalajara. Trabajó con Celestino Cruzale, taller en el que elaboró varios trabajos que después fueron fundidos en plata, oro y bronce.

La escultora Dolores Ortiz lo invitó a participar como ayudante de escultores internacionales en varios simposia de la Universidad de Guadalajara. Junto con Clara Inés fundó un estudio de escultura. Recibió diversos encargos de Celestino Cruzale, de particulares, de religiosos, de la Universidad de Guadalajara, de ayuntamientos y del gobierno del estado de Jalisco.

De los trabajos de su creación destacan la presea Irene Robledo García (Universidad de Guadalajara, 2005); esculturas públicas del papa Juan Pablo II (Ayuntamiento de Guadalajara, 2006, y Grullo, Jalisco, 2006); Juan José Arreola (Casa Taller Literario Juan José Arreola, Ciudad Guzmán, 2008); cinco placas conmemorativas acerca del paisaje agavero, con motivo de la declaratoria como Patrimonio Mundial en su modalidad de paisaje natural por la UNESCO, mismas que fueron colocadas en diferentes municipios tequileros (Secretaría de Cultura de Jalisco, 2009). Ha expuesto su obra en el Centro de Arte Moderno (CAM, 2006, 2008) .

Se especializó en técnica del punto y tallado en mármol, en la ciudad de Carrara y otros cursos en Florencia, Italia, durante 2006.

Fue galardonado con el Premio Estatal a la Juventud en el ámbito cultural, edición 2006.